lunes, 7 de marzo de 2011

Regalo para todos los rescatadores de palabras

El robot no necesita compañía.
El robot,
ni come, ni bebe
ni juega al amor.
El robot, no tiene bigote,
ni sexo, ni dote,
ni gran corazón,
--nunca se enamora--
y duerme a deshora.
Tan sólo obedece,
el robot.
A veces le envidio
sus ojos de vidrio
que nunca han llorado.
Aunque no me entiende,
le cuento mis cosas
me quedo a su lado.
El robot no necesita compañía.
Y cuando la Empresa
apaga sus luces,
me siento en su nave
hasta el nuevo día,
porque yo, ¡sí necesito compañía!

Gloria Fuertes, «Mi amigo el robot». Biografía de la autora aquí.


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